Los problemas de plomería más comunes incluyen:
Fugas de agua: Pueden ocurrir en tuberías, grifos o inodoros, causando daños estructurales y aumentando la factura de agua.
Desagües obstruidos: Los desagües de fregaderos, duchas o inodoros pueden obstruirse por acumulación de grasa, cabello u otros desechos.
Baños que gotean: Las partes internas del inodoro, como la válvula de descarga o el flotador, pueden desgastarse, causando fugas.
Bajo presión de agua: Esto puede ser causado por tuberías obstruidas o problemas en la red de suministro de agua.
Ruidos extraños en las tuberías: Golpes o silbidos pueden indicar problemas de presión de agua o aire atrapado.
Tuberías congeladas: En climas fríos, las tuberías pueden congelarse, llevando a roturas y fugas cuando se descongelan.
Problemas con el calentador de agua: Pueden variar desde no calentar el agua correctamente hasta fugas.
Mal olor en el sistema de plomería: Puede ser causado por desagües obstruidos o problemas en el sistema de ventilación.
Pérdida de agua en la lavadora o lavavajillas: Fugas alrededor de las conexiones pueden ser comunes en estos electrodomésticos.
Problemas de reciclaje: Los grifos y duchas pueden tener problemas de mezcla de agua caliente y fría.
Es recomendable abordar estos problemas de manera oportuna, ya que pueden llevar a reparaciones más costosas si no se solucionan.